Las tradiciones se han ido tejiendo con el paso del tiempo, vinculadas siempre a la unión familiar, social o colectiva. Independientemente del lugar en el que nos encontremos, el idioma que hablemos o las características que nos personalicen, las tradiciones van a estar siempre presentes en nuestro entorno.

Reformuladas como costumbres o incluso como rituales, las tradiciones se encuentran siempre a nuestro alrededor. Están en nuestra cultura, en nuestra sociedad, en nuestra ciudad o pueblo e incluso en nuestra propia casa.

Es casi imposible alejarse del concepto de tradición, ya sea en su versión más clásica o en alguna de las formas en las que se materializa. Es por eso que es importante conocer todo su poder, ya que son muchas las ventajas que nos aportan tanto en su conjunto como en la individualidad de cada una de ellas.

La conservación de las tradiciones

La identidad colectiva se forja a raíz de las tradiciones. Nuestra forma de vivir, nuestras prácticas y nuestra manera de relacionarnos se transmiten en parte gracias a las tradiciones. Son nuestras propias costumbres las que acaban moldeando nuestro carácter y las que llegan a las generaciones posteriores.

A través de la tradición dejamos esa marca de los momentos más importantes de nuestra existencia. La sensación de apego, de comunidad y de conjunto social remarca esa sensación de permanencia que da sentido al mañana. Sentido que además se celebra a partir de ese concepto de lo tradicional.

El concepto de familia también se ve reforzado gracias a este concepto, principalmente por eso que llamamos ‘sentido de identidad’. El tener clara la permanencia a algo; el saber que contamos con una red de apoyo, y el vernos como parte de algo más grande; se acaba convirtiendo en la seguridad de obtener una estabilidad emocional que quizás de otro modo no obtendríamos.

La importancia de las tradiciones en comunidad

El ámbito comunitario es quizás en el que nos encontramos con una mayor presencia de la tradición como concepto utilizado y presente de forma constante. Expresamos quiénes somos, nuestras raíces y también nuestros valores y creencias a través -precisamente- de eso, de la tradición.

Pero esta individualidad que experimentamos da un paso más cuando hablamos de comunidad. Y lo hace porque es en este contexto en el que más lo podemos ver representado. De generación en generación, se han ido creando comunidades que han dejado su legado en forma de costumbre o tradición.

Podríamos decir entonces que las tradiciones son las que nos permiten conocer cómo se vivía en el pasado, cómo nos relacionábamos entre nosotros e incluso cómo lo hacíamos con las cosas que nos rodean. De hecho, la evolución de cada una de las tradiciones que rodean nuestra cultura, son una muestra más de la evolución de nosotros como sociedad.

Por eso las tradiciones se han convertido en parte de la cultura popular de cada comunidad. Ya sea en forma de celebración en Navidad o de homenaje a los difuntos, es casi imposible alejarse de la tradición en alguna de sus múltiples formas. ¡Y no sólo a nivel nacional! También las costumbres se mueven en ámbitos regionales, locales o familiares. Y estos últimos pueden ser de gran interés para nosotros…

La importancia de las costumbres en familia

En el ámbito familiar es donde encontramos una mayor muestra de beneficios de la tradición. Vivir experiencias de la mano de aquellas personas con las que tenemos vínculos familiares nos lleva a crear conexiones que no conseguiríamos de otra forma.

Comenzando por ese primer punto de conocernos mejor a nosotros mismos, hasta llegar a las relaciones con los demás. Cuando realizamos diferentes actividades en familia, llegamos a crear costumbres que pueden beneficiarnos enormemente tanto a nivel personal como en cuanto a los vínculos afectivos que creamos con nuestro entorno.

Incluir tradiciones dentro de nuestro hogar ayuda a crear una identidad común, fortaleciendo los lazos en todo tipo de relaciones. Ya sea entre padres, hijos, abuelos, hermanos… ¡Todo tipo de relación puede verse beneficiada por la implementación de tradiciones y costumbres en su día a día! Tanto en el caso de utilizar tradiciones externas como dando un paso más y comenzando a crear costumbres y tradiciones familiares propias.

Pero este paso va más allá. Las tradiciones nos ayudan en la instauración de valores o incluso en la generación de un legado. Cuando queremos compartir con los miembros de nuestra familia y asignar lo que está bien y lo que está mal a los más pequeños, hacerlo a través de la tradición puede marcar la diferencia y hacer que cale mucho más el mensaje. El sentimiento de arraigo, de pertenencia a un lugar que traspasará el tiempo y quedará en la memoria de aquellos que vendrán después, se convierte en un aliciente para mantener los vínculos familiares.

Además, esto se aplica tanto a la participación en familia de otras tradiciones ya existentes -como puede ser la celebración de alguna festividad- al igual que a la participación en alguna costumbre propiamente vuestra. Es decir, la creación de una tradición en base a los gustos, deseos y expectativas de una unidad familiar en su conjunto. ¡De esta forma también alimentamos la creatividad de todos los miembros de la familia!

¡Benefíciate del poder de las tradiciones!

En comunidad, en familia, en grupo o como sociedad en su conjunto, ¡las tradiciones tienen mucho que ofrecerte!

A nivel personal, el concepto de tradición puede dotarte de una mayor autoestima en cuanto a la imagen que tienes de ti mismo, e incluso a la hora de relacionarte. Las tradiciones son importantes para la autoidentidad y esta puede reflejarse ya en el presente, y prepararse para un futuro próximo y lejano.

La celebración de la Navidad aquí en España o Acción de Gracias en otros países, son tradiciones más vinculadas a lo cultural que alimentan el sentimiento de identidad como comunidad. Estos ejemplos nos ofrecen también la promoción de conceptos como la diversidad cultural o la inclusión.

De alguna forma, la conexión que se crea cuando hablamos de tradición, no se alcanza tan fácilmente de otros modos. Por eso es importante alimentarla y ser capaz de fomentarla entre aquellos grupos en los que quizás se encuentre más descuidada, como pueden ser los niños o jóvenes.

Y si te has quedado con ganas de conocer más sobre esta cuestión, recuerda que en Canal Sénior tienes acceso a mucho más contenido complementario en nuestra página:

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